El Consejo de Ministros ha dado luz verde al texto de
la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) a pesar de la
oposición de la comunidad educativa, pese a las mareas verdes.
En 15 minutos el tertuliano
Wert ha hecho retroceder 40 años el Sistema Educativo. Un camino de obstáculos que
ha llamado “caminos de señalización” con reválidas al final de cada ciclo que para él “no
son reválidas”. Así ha resumido el tertuliano una Ley que cuenta con la
oposición de toda la comunidad educativa. Una ley sin ningún tipo de consenso.
El Gobierno pone en venta bajo el título de LOMCE la Educación Pública y con ella recorta el futuro de este país. Sumada al Tasazo Universitaro volveremos a la escuela dónde solo estudien los hijos de familias pudientes.
Además, esta ley
adoctrinadora de ideología retrógrada cambiará la distribución de competencias
entre el Estado y las Comunidades autónomas, garantizando así que su plan de
imponer su doctrina no queda truncado por administraciones regionales que se
nieguen a aplicar partes de esta ley.
Nada comparable cuándo el
tertuliano nos ha resumido la Formación profesional como un gueto para los “jóvenes con problemas”. La LOMCE significará menos calidad, menos
igualdad y menos empleo.
El Gobierno del PP está gobernando
contra la ciudadanía. Da luz verde a una ley que suscitó una crítica unánime
entre los sindicatos y asociaciones de padres y estudiantes que habían
convocado una huelga general en el sector educativo justo un día antes, el 9 de
mayo, en contra de la ley.
El
objetivo del Gobierno es que la LOMCE, la séptima ley educativa 37 años de
democracia, esté aprobada "en otoño" a fin de que se pueda cumplir el
preceptivo plazo de diez meses para la adaptación curricular y llegue a las
aulas en el curso 2014/2015, es decir, dos años después de su presentación.
Entre las principales novedades se encuentra la implantación
de evaluaciones a nivel estatal al final de Primaria, ESO y Bachillerato,
además de una prueba en 3º de Primaria para la detección precoz de problemas de
aprendizaje en los alumnos. Los exámenes de ESO y Bachillerato serán necesarias
para obtener el título y, en concreto, el segundo, que los sectores críticos
llaman "reválida", sustituirá a la actual Selectividad.
Otro de los cambios más notables afecta a 3º de la ESO,
pues se adelantan a este curso los itinerarios hacia la FP y el Bachillerato a
través de asignaturas optativas. Estas dos vías estarán ya completamente
diferenciadas en 4º de la ESO.
Además, el anteproyecto aumenta la capacidad del
Ministerio de Educación para decidir sobre los contenidos comunes de las
asignaturas mientras cede libertad a centros y comunidades autónomas para hacer
lo propio con las materias no instrumentales, a fin de que se especialicen.
Mientras, se incrementa la carga lectiva en todas las etapas de las asignaturas
instrumentales --Matemáticas, Lengua e Inglés--.
En cuanto a la FP, prevé la creación de una Formación
Profesional Básica, de dos años de duración, que será obligatoria y sustituirá
a los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI), dirigidos a
alumnos de 15 años. Además, introduce asignaturas en la FP de grado medio
orientadas a sectores profesionales y facilita el paso hacia la FP de grado
superior.
En una ley puesta al servicio de los mercados solo vale
lo que estos demandan. Lo que la Ley Wert llama evaluación externa cumplirá la
doble función de controlar el currículo (porque condicionará lo que se hace y
lo que no se hace en las aulas en función de unos criterios establecidos, en
última instancia, no por la ciudadanía sino por organizaciones de corte
exclusivamente economicista como la OCDE), y de cedazo con el que seleccionar a
unos y desechar a otros. Alguien, además, se lucrará con este negocio.
Estos exámenes externos, realizados por quienes no
conocen de nada a nuestras hijas e hijos y seguro que coinciden con amigos íntimos de Aznar, sucederán al acabar 6º de Primaria,
4º de ESO y 2º de Bachillerato. En estos dos últimos casos su nombre más
apropiado es el de reválida aunque el tertuliano Wert se niegue a reconocerlo,
puesto que quien haya aprobado la ESO o el Bachillerato, si suspendiera, no obtendría el título correspondiente a la etapa.
Quienes defendemos hoy la educación de la depredación de
los mercados no lo hacemos desde la complacencia. Somos muy críticos con la
escuela que tenemos, pero siempre de forma constructiva.
En conclusión LOMCE, nos aleja del noble anhelo de una
escuela verdaderamente coeducativa: no solo porque maestras, y alumnas, y
madres estén ausentes de todas y cada una de las páginas del anteproyecto. No
solo porque se acepte sostener con fondos públicos a centros que segregan por
sexo. Sino también y sobre todo porque una vez más pretende imponernos como
incontestables los modelos y valores de masculinidad más rancia: el de la
competitividad y el ranking, el del éxito y el fracaso, el “yo gano, tú
pierdes.”
Juventudes socialistas de Lanjarón exigimos,simple y
llanamente, para que hasta el ministro Wert lo entienda, la retirada de una ley
perpetrada por quienes poco o nada saben de educación.
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