lunes, 2 de septiembre de 2019

El Grupo Socialista de Lanjarón felicita a la asociación cultural del municipio por la organización del acto “Esclavitud en España. Una historia ocultada”


  • El investigador y creador Jesús Cosano ha presentado su libro “Las negras de la Inmaculada” en la provincia de Granada. Y Fernando Gallegos y José Antonio Ramos han sido los encargados de poner la banda sonora a un acto muy emotivo.
El Grupo Socialista de Lanjarón ha felicitado a la asociación cultural Poeta Juan Gutiérrez Padial por la organización del acto “Esclavitud en España. Una historia ocultada”.

Asimismo ha agradecido a Jesús Cosano por escoger Lanjarón para presentar su libro “Las negras de la Inmaculada” en la provincia de Granada. Y a nuestros paisanos Fernando Gallegos y José Antonio Ramos por poner la banda sonora a un acto muy emotivo.

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INFORMACIÓN EN PRENSA SOBRE EL ACTO:

Jesús Cosano presenta en Lanjarón su libro ‘Las negras de la Inmaculada’

El segundo volumen de la colección ‘Los Invisibles’ pone luz a una historia silenciada por los poderosos que eran “los principales poseedores de esclavos, que se enriquecieron con el tráfico de esclavos y se preocuparon de que su historia fuera blanqueada

El escritor e investigador Jesús Cosano ha presentado en el Hotel España de Lanjarón el segundo volumen de la colección Los Invisibles que lleva el título ‘Las negas de la Inmaculada’. En el acto de presentación del libro han acompañado al autor el vicepresidente de la Mancomunidad de Municipios de la Alpujarra Granadina, Raúl Ruiz, miembros de la asociación cultural Poeta Juan Gutiérrez Padial y le han puesto música con temas relacionados con la esclavitud los artistas locales Fernando Gallegos y José Antonio Ramos.

En su obra Cosano pone luz a la historia continuamente silenciada de la población negra de la Península Ibérica, silenciada –explica el autor- “quizá por la hipocresía de la sociedad y la de sus principales protagonistas”. “Ellos, los poderosos eran los principales poseedores de esclavos, los reyes, la corte, la iglesia. Se enriquecieron con el tráfico de esclavos, muchos eran negreros, traficantes de seres humanos y en todos los casos se preocupaban de que su historia fuera blanqueada”.

El volumen “Las negras de la Inmaculada” está dividido en quince relatos que Jesús Cosano llama "trancos", en un “gesto de homenaje a Vélez de Guevara y su libro ‘El Diablo Cojuelo’ y a algunos de sus personajes que aparecen en las historias que se cuentan en la Colección de Los Invisibles.”

Los relatos están muy bien documentados como si fuera un trabajo de investigación profundo y una novela a la vez, accesible para todos, que el autor lo consigue “con un pequeño armazón de ficción que ayuda a ir presentando a los protagonistas reales de esas historias: a los esclavos negros y mulatos; a sus propietarios y a los traficantes de esclavos. Todo exhaustivamente documentado, con cientos de citas que nos llevan a una extensa bibliografía y documentos de archivo”.

Las protagonistas de este segundo volumen de la colección “Los invisibles” son las mujeres. Actrices, cantaoras, bailarinas….Y cirujanas como Elena de Céspedes, la primera cirujana conocida de Europa, mulata de Alhama, hija de esclava negra y de su amo blanco, que consiguió casarse con otra mujer. Estuvo viviendo en Jerez, en varios pueblos de Sevilla, y acabó en Madrid donde, acusada de brujería, se las tuvo que ver con la Inquisición. O Guantes de Ámbar, una actriz de finales del siglo XV y principios del XVI. O Polonia la Cimarrona, que nació en Córdoba y se la llevaron a Colombia, donde escapó y formó un ejército con otras 100 mujeres cimarronas para luchar contra los mercenarios que venían a prenderla. Historias de esclavas (negras y mulatas) españolas.

Otro ejemplo es el de Leonor Rica, negra que cantaba, bailaba y tocaba instrumentos de música. Durante más de veinte años las autoridades de Sevilla la estuvieron contratando para las fiestas del Corpus.

Entre los relatos aparece santa Teresa de Jesús, pues compraba sus primeros conventos y monasterios de su orden religiosa, con el dinero que sus hermanos le enviaban de América. “Dinero que procedía de la explotación de los nativos y negros que trabajaban para ellos” señala Cosano.

Durante los siglos XVI, XVII y XVIII vemos en este libro que era normal que los curas tuvieran sus esclavas. En Sevilla, los negros se compraban y vendían en las gradas de la catedral. Llama la atención el caso –que no era único- de Pedro Ordóñez de Ceballos, corsario, comerciante, cronista, sacerdote, amén de traficante de esclavos.

La música y la danza de negros es un común denominador de los relatos del libro, ya que según índice Jesús Cosano “de las aportaciones de los negros africanos a las culturas peninsulares, la de la música y la danza fue fundamental”.

Además, en el libro se explica “la llegada de un barco de Japón y cómo los negros que trabajaban en el muelle cantaban una canción que recuerda al actual son cubano”.

En otro de los relatos se habla de los negros en el toreo y en el flamenco. “Tanto en los inicios de toreo, cuando los nobles caballeros lanceaban toros en las continuas fiestas que las cortes españolas organizaban por todo  el territorio, eran los ‘mozos de espuela’, los que a pie protegían a su caballero. La mayoría  de ‘esos mozos de a pie’, eran negros esclavos”. Y en el nacimiento del flamenco aparecen negros desde los primeros momentos protagonizándolo: el negro Meric, Lázaro el negro, María Martínez...En ocasiones, la participación de negros como toreadores de a pie era abrumadora. Por citar solo un ejemplo de los muchos que encontramos en el libro: “en 1680 se celebró en la Plaza Mayor de Madrid una corrida con nada menos que 110 esclavos negros propiedad del marqués de Camarasa y conde de Rivadavia que salieron a torear con trajes amarillos y cadenas de plata maciza”.

El vicepresidente de la Mancomunidad de Municipios de la Alpujarra Granadina, Raúl Ruiz, ha señalado la importancia de divulgar la historia de las minorías y de género, “de mujeres negras doblemente silenciadas por su condición de negra y de mujer”, y ha hecho un llamamiento “a reflexionar sobre las migraciones, en este caso ‘forzadas’ que a lo largo de la historia han configurado sociedades”.

Adoración Elvira Rodríguez, profesora jubilada de la Universidad de Granada y miembro de la asociación cultural Juan Gutiérrez Padial ha hecho una minuciosa introducción al acto, en la que ha aseverado que “la Historia con mayúsculas nunca es como nos la cuentan, puesto que la Historia con mayúsculas la escriben los vencedores”. De ahí la importancia de que investigadores como Jesús Cosano haga visibles a las negras esclavas y el fenómeno de la esclavitud en España, que  ya desde el siglo XV y sobre todo a partir del siglo XVI hasta bien entrado el siglo XIX, era un fenómeno normal, frecuente, en este país. Tanto, que en el libro se señala las palabras de Cervantes, que dijo que Sevilla parecía un tablero de ajedrez por la cantidad de negros que la poblaban.

Adoración Elvira también ha señalado que “muchas de las familias que se enriquecieron con la trata de esclavos han llegado a nuestros que la inmensa fortuna de los Güell les viene de Joan Güell Ferrer, un importante traficante de esclavos. Josep Xifré, primer presidente de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Barcelona (el embrión de la actual Caixabank), también se lucró con el negocio de los esclavos. La familia Vidal-Quadras (antepasados del político Alejo Vidal-Quadras) participó activamente en el mercado esclavista durante el siglo XIX. Alicia y Esther Koplowitz, dos de las empresarias más conocidas de España, son hijas de Esther Romeu, aristócrata hispano-cubana dueña de grandes plantaciones en Cuba con cientos de esclavos. Pablo Epalza, impulsor del Banco de Bilbao, amasó también gran parte de su fortuna con la trata de esclavos. Y ha puesto un caso que atañe directamente a Lanjarón: María del Carmen Hernández Espinosa de los Monteros, natural de Motril, se casó con Juan Manuel de Manzanedo, hombre de familia humilde pero que amasó una gran fortuna con el tráfico de esclavos y consiguió el título de duque de Santoña. La motrileña se convirtió así en duquesa de Santoña y parte de la fortuna de su marido la utilizó en construir el Balneario y el convento de Lanjarón. 

Finalmente, el presidente de la asociación cultural Poeta Juan Gutiérrez Padial de Lanjarón, Fernando Rubio, ha agradecido la presencia de Jesús en Lanjarón y la predisposición a organizar una actividad cultural y también social, explicando que “la colección ‘Los invisibles’ es un éxito. El primer volumen titulado 'Hechos y cosas de los negros de Sevilla' ya está agotado y se está estudiando la posibilidad de reeditarlo. En breve aparecerá un trabajo sobre villancicos de negros en España y el tercer número de la colección”.