lunes, 5 de diciembre de 2011

Acequias, fuentes de vida

Acequia es una palabra de origen árabe (assáqya) que designa a ciertas canalizaciones que sirven para distribuir agua de riego mayoritariamente. En la literatura andalusí existen numerosas apariciones y menciones del agua relacionada con lluvia, surtidores, ríos, acequias, norias, albercas, etc. Durante aquel periodo se desarrolló una gran tecnología en campos como la hidráulica, sistemas de captación, canalización y almacenamiento de agua, además de otros ingenios y mecanismos.

Juan Domingo Santos y Javier Piñar paseando por las acequias de Lanjarón

El desarrollo tecnológico y científico de los musulmanes hispanoárabes les permitió adoptar y adaptar diversos medios y recursos técnicos para la prospección, captación, elevación, almacenamiento, distribución y uso de aguas, los cuales propiciaron el desarrollo del regadío esencial para la agricultura hasta el punto de que fue el motor de una importante revolución agrícola en el siglo XI.
Los musulmanes perfeccionaron inmensamente las técnicas de riego, se convirtieron en los maestros de la técnica hidráulica agrícola, aprovecharon los sistemas de riego romanos que aquí encontraron, y junto a las técnicas orientales que ellos ya conocían, pudieron lograr un excepcional aprovechamiento del agua.  Los dos sistemas de regadío tradicionales todavía vigentes en la actualidad provienen de la época musulmana, además de las canalizaciones del agua ó acequias, por las que corría el agua de los ríos o de los manantiales, sirviéndose de los desniveles del suelo. En la utilización de las aguas fluviales emplearon los azudes o presas, y los alquezares o cortes.       

Acequia Mezquerina

Para la distribución del agua de regadío se desarrollaron complejas y extensas redes de acequias que se subdividían sucesivamente en conducciones menores en una estructura arborescente hasta llegar a cada uno de los predios que regaban y alcanzar así grandes extensiones de regadío intensivo.   
Entre las técnicas que exponen los agrónomos andalusíes cabe indicar la destinada a conseguir que corra el agua en una tierra para posibilitar el riego. La técnica consiste en disponer el suelo con una inclinación de acuerdo con una proporción de desnivel determinada, esta proporción se calculaba con una herramienta al efecto.      
La importancia social y económica del agua exigió, lógicamente, una normativa o regulación jurídica, la prevención o solución de conflictos relacionados con ese preciado y escaso bien, eran de suma importancia para los andalusíes. En al-Andalus, las cuestiones del riego, el reparto y distribución de las aguas formaban parte de lo que en el derecho andalusí se denominaba furü al-fiqh.
Las acequias son conservadas por las comunidades de regantes, los cuales se someten a un tribunal de las aguas para resolver los litigios; estas estructuras están documentadas ya desde la época musulmana (los amirís sublevados contra Córdoba en el año 1010 ejercieron el cargo de inspectores de riego en el río Turia).
Acequia Mezquerina
La Alpujarra, está fuertemente ligada al papel de las acequias que recorren sus laderas en todas direcciones y altitudes, y esa relación es tan fuerte que sería imposible imaginar nuestra comarca sin este ir y venir de agua por las laderas de Sierra Nevada.
Básicamente, el sistema se basa en retener el mayor tiempo posible las aguas del deshielo, para su utilización posterior en la estación veraniega. El método consiste en favorecer las filtraciones en unas zonas muy concretas, realizando el llamado careo, en primer lugar en los borreguiles (ayudando a mantener estos ecosistemas únicos de alta montaña por su flora y fauna asociadas), y en segundo lugar, a una cota más baja, en otros pastizales, zonas de arboleda e incluso dirigiendo estas aguas hacia zonas calizas de fractura, denominadas simas guiaderas, las cuales recargan acuíferos, fuentes y manantiales de los cuales se nutrirán las acequias de riego.
La división de las acequias se hace en grado a la función que cumplen. Acequias de careo son aquellas que conducen el agua desde los cauces naturales hasta zonas más o menos llanas muy permeables denominadas simas guiaderas, el agua circula subterráneamente aflorando parte de ella en otros manantiales tras un tiempo de retención determinado. Este tipo se encuentra a una altitud elevada, superior a los 1800 msnm. Las acequias de riego son aquellas que cumplen el objetivo de conducir el agua hasta aquellas fincas que se ponen en regadío.
Según un inventario elaborado para el Parque Nacional de Sierra Nevada, en Diciembre de 2003 existían 142,5 kilómetros de acequias de careos y 412,5 km de riego.
Las acequias de careo tienen por lo general mayores pendientes que las de riego por lo que con la misma sección, permiten el paso de mayores volúmenes de agua. Debido a esto y a la consiguiente fuerza del agua, la cantidad de elementos finos depositados, en comparación con las acequias de riego, es pequeño. Dichos depósitos impermeabilizan el canal de las acequias de riego de una manera muy eficiente. La infiltración a través del canal es mayor en las acequias de careo que en las de riego y supone una parte importante de la infiltración total. En las acequias de riego, la infiltración que se produce es, sin embargo, suficiente para que juegue un importante papel en el mantenimiento del ecosistema asociado a ellas.
Castañar seco consecuencia del entubamiento Acequia Aceituno
Debido a las diferentes funciones que pueden cumplir las acequias a veces se impermeabilizan, utilizando SIEMPRE elementos de la zona como lajas de pizarra, piedras o launas. Esta impermeabilización da lugar a que la perdida de caudal de las propias acequias sea mínima, pero en el total de su recorrido sigan aportando pequeñas cantidades del liquido elemento (lo poco que se pierde) que contribuyen al mantenimiento de los ecosistemas colindantes y de las pequeñas fuentes o manantiales que se encuentren en cotas aún más bajas.
Los estudios sobre los efectos que las acequias tienen en la vegetación
son numerosos:
Acequia Acecarta
"El efecto que tienen las acequias de careo sobre la vegetación natural no es tan sobresaliente como en el caso de las acequias de riego. El borde de los canales de careo suelen estar cubiertos por arbustos. Las simas están cubiertas de pastizales muy singulares que adquieren en verano y otoño unos tonos amarillos visibles desde grandes distancias. El principal efecto sobre la vegetación de estas acequias es, sin embargo indirecto".
"Al existir un tiempo de retención, parte del agua infiltrada sale al exterior en el período de sequía estival. Esto permite la instalación de una vegetación más mesofítica en las zonas donde el agua infiltrada aflora. Muchos barrancos situados por debajo de grandes acequias de careo están cubiertos de arboles caducifolios como castaños (Castanea sativa), chopos(Populus alba), fresnos (Fraxinus angustifolia) y sauces (Salix atrocinerea). Distintas fuentes y manaderos se utilizan para el abastecimiento de núcleos urbanos en la Alpujarra".
Acequia Acecarta
"Las acequias de riego, debido a la infiltración en sus márgenes, permiten el desarrollo de una vegetación que de otra manera no existiría. Las de cotas superiores tienen un importante papel ecológico al extender de forma artificial los pastizales de montaña, formaciones que albergan una importante diversidad botánica. Las acequias de cotas inferiores crean en su entorno próximo un ecosistema en el que abundan los árboles de hoja caduca como chopos (Populus alba, Populus nigra), sauces (Salix atrocinerea), serbales (Sorbus aria, Sorbus domestica), alisos (Alnus glutinosa), cerezos (Prunus avium) y de manera especialmente frecuente castaños (Castanea sativa). La sombra de estos árboles y la humedad proporcionada por las acequias crean unas condiciones dónde abundan helechos, musgos y hepáticas, constituyendo auténticos y prolongados corredores verdes en la sierra".
Con respecto a los estudios de  los efectos hidrológicos cabe resaltar:
Acequia Alta
"Redistribución espacial del agua. En ocasiones las acequias llevan agua de unas cuencas a otras o a subcuencas que disponen de menos agua, alterando sustancialmente los regímenes de caudal de los cursos naturales".
"Incremento de la red de drenaje, produciéndose una disminución de la energía hidráulica del agua circulante. Las acequias interrumpen la escorrentía de la ladera y conducen el agua por canales de menor pendiente que los cauces naturales. En muchas ocasiones, además, interceptan los propios barrancos".
"Aumento de la evapotranspiración en la cuenca. Parte de este aumento se produce en los cultivos y en los pastos que son el objeto de la existencia de las acequias y otra parte se produce en la vegetación que sobrevive a expensas de sus filtraciones".
"El tiempo de retención del agua en la cuenca se incrementa notablemente, así como la infiltración y recarga de acuíferos".
A pesar de la demostrada eficiencia de las acequias tradicionales, después de las sequías de los años ochenta y noventa del pasado siglo, se procedió al uso del hormigón y el entubamiento de las mismas. Progresivamente se sustituyen los materiales autóctonos y las técnicas de riego tradiciones, en nombre de la única eficiencia que conoce el capital: la monetaria. Con el entubamiento total de las acequias se conseguirían dos objetivos nada positivos: primero, el aumento de la energía hidráulica circulante con lo que serían viables los proyectos de las grandes empresas para el aprovechamiento hidroeléctrico; y segundo, no se "desperdiciaría" ni una gota de agua en La Alpujarra, contribuyendo a mejorar la eficacia del embalse de Rules y a incrementar el volumen de agua transportada a la costa. En este punto y para evitar la pronta colmatación del gran embalse por los arrastres de tierra y áridos, decenas y decenas de diques se contruyen en los barrancos alpujareños, una falsa solución, pues mientras no se combata la erosión mediante la repoblación forestal y el mantenimiento de las acequias, los diques se rellenarán y hará falta construir más y más.
Mientras tanto, la agricultura está desapareciendo de La Alpujarra y los agricultores, en su mayoría, están jubilados ¿quien mantendrá la red de acequias?  En este punto juegan un papel muy importante las Administraciones públicas y sobre todo los Ayuntamientos de los municipios como Lanjarón afectados de lleno por el tema del sistema de regadío tradicional.

Francisco David Álvarez Álvarez
Ingeniero Técnico Forestal

BIBLIOGRAFIA
AA.VV. "La conservación de un patrimonio histórico y natural: Las acequias de Sierra Nevada". Informe para el Parque Nacional de Sierra Nevada.
ANTONIO MALPICA y CARMEN TRILLO. "La hidráulica rural nazarí". Publicado en www.unizar.es
JEAN ROBERT. "Las aguas arquetípicas y la globalización del desvalor". Publicación de la Escuela de Arquitectos de la Universidad de Morales, México.
RAMÓN GERMINAL. "Agua en la memoria". Capítulo del libro, "Agua: mercancía o bien común. Ed. Alikornio. Barcelona, 2003.
Resumen de la charla de Ramón Germinal el 11 de diciembre del 2003 en,
Granada.
Fotografías: Mariano Ruiz

2 comentarios:

  1. Enhorabuena a Juventudes, particularmente a David, por este magnífico artículo. Creo que es muy importante dar a conocer nuestro sistema de acequias tradicionales pues en él tiene su origen buena parte de nuestra riqueza y sin él no se entiende nuestra forma de ser y de intaractuar con la naturaleza. Para que algo se conserve adecuadamente hay que amarlo y no se ama lo que no se conoce, por tanto, nuestra labor primera es dar a conocer, labor que este artículo hace de manera sobresaliente.

    Esperemos que nuestros actuales gobernantes dediquen unos minutos a su lectura.

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  2. Enhorabuena por el artículo, procuraré darle difusión. Os adelantaré un regalo de Reyes que os gustará: el Manual del Acequiero del parque nacional y natural de Sierra Nevada.

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