viernes, 1 de marzo de 2013

La concordia necesaria

La concordia, la que fuese principio fundamental de la Transición Española, es la misma que, en Lanjarón,  Eric Escobedo ha dilapidado a golpe de ocultación, crispación y mentiras. 

Valga como ejemplo el uso que está haciendo del Pabellón Deportivo de Lanjarón. Valga como ejemplo el uso que está haciendo de nuestra historia, la historia de Lanjarón  que supo superar las heridas de la Guerra Civil y cuarenta años durísimos para muchas familias, cuarenta años de miedo y hambre. Una brecha que sólo personas con altura de miras, poniendo el interés colectivo por encima del interés particular hicieron que superáramos todos. Personas que merecen un gran reconocimiento, el homenaje de seguir su ejemplo, pero no, no están dispuestos. 

Hoy, cuando nuestro pueblo registra cifras record de paro mes tras mes, cuando debemos recuperar esa concordia necesaria para salir de la crisis financiera, económica y de valores, es cuando ha reaparecido la derecha más radical, la derecha más intolerante y lo más triste, ha reaparecido de manos de gente joven con unos comportamientos que creíamos superados, con unas actitudes y estrategias políticas que no tienen nada que ver con el consenso y la concordia.  

Hace ya 20 meses que un grupo de personas ganaron las elecciones con la única intención de cobrar durante cuatro años un sueldo a cambio de quimeras, apariencias y disimulos. Aquel 22 de Mayo Lanjarón dio la llave de continuar con el consenso reemprendido por Mariano Ruiz al Partido Popular. Aquel día comenzaba una legislatura que nadie imaginaba que podría convertirse en una etapa de oscurantismo y división fomentada por un equipo joven, un equipo que prometió pleno empleo, políticas para todos, prometió imposibles y castillos en el aire de forma premeditada; pero esa piel de cordero duró pocos días. Pronto los vecinos y vecinas empezaron a ver y sufrir la oposición del Gobierno de forma caudillista a toda persona que pensara diferente o creyera que no debía arrodillarse ante él y sus ideas. Comenzaba el endurecimiento de unas formas dictatoriales acaparadas en la legitimidad de las urnas. Presenciábamos como el Ayuntamiento se convertía en el altar de sacrificio de la democracia para alabanza del ego infantil de un Alcalde, que no aguantaba que se discrepara con su forma de hacer política, que no aguantaba las opiniones diferentes, ni dentro, ni fuera, ni de lado, ni en voz alta, ni baja. Acababa, de nuevo, la democracia en Lanjarón.
 
Muchos fuimos los que nos frustramos al ver como el Ayuntamiento se convertía en el cortijo de la discordia, en el cortijo de la intransigencia, el insulto, la injuria y la falta de todo valor que con la democracia se asemejase.
 
Cuando la actualidad social y económica obliga a los dirigentes políticos a entenderse, cuando obliga al diálogo, el consenso, el acuerdo y el esfuerzo colectivo, a entender a todos para poder entenderse entre todos, en Lanjarón la democracia sufre un profundo coma, del que solo los ciudadanos, como ya lo hicieran en los momentos mas cruciales de nuestra historia, le pueden salvar. Nosotros, los jóvenes socialistas de Lanjarón, confiamos en que nuestros vecinos no van a dejarse atropellar, no van a dejar que pisoteen sus derechos de ciudadanos libres, no van a dejar que les roben la dignidad, no van a dejar que reescriban y falsifiquen su historia, y, en esa confianza, seguiremos luchando y trabajando.
 



 

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