Fue un 8 de marzo de 1857 cuando un grupo de obreras textiles tomó la decisión de salir a las calles de Nueva York a protestar por las míseras condiciones en las que trabajaban, desde entonces distintos movimientos se sucedieron dando lugar a que en 1910, durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Trabajadoras celebrada en Copenhague más de 100 mujeres aprobaron declarar el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
Ha sido en las últimas décadas cuando se ha producido un importante trasvase de mujeres desde el trabajo no remunerado en los hogares hacia la búsqueda de trabajo remunerado fuera de ellos. La gran mayoría necesitadas de apoyo por políticas activas para adaptarse a los requerimientos del mercado de trabajo actual, para tener posibilidad de encontrar un empleo. Durante el último gobierno socialista se impulsaron numerosas políticas cuyo objetivo principal fue conseguir la igualdad efectiva entre hombres y mujeres. Un gran logro fue sin duda la Ley 3/2007 de 22 de Marzo.
Pero tristemente la crisis está afectando a numerosos colectivos, la situación que están viviendo las mujeres se hace cada vez más difícil, retrocediendo en gran cantidad de avances conseguidos. Las consecuencias de la política de recorte del gasto público que está llevando el Partido Popular con Rajoy es uno de los problemas más preocupante, y más evidentes.
Se hace muy difícil que existan medidas tendentes a garantizar la igualdad entre sexos si los fondos dedicados a las mismas continúan bajando, como lo han hecho en 2012 y 2013, en torno a los 2.000 millones de euros al año. Somos un país que supera los 5 millones de personas en desempleo, cerca de 2,8 millones de las cuales son mujeres; y que en la actualidad se dedica menos del 0,4 por ciento del PIB (poco más de 3.700 millones de euros) a políticas activas de empleo. El resultado indeseable de ello es, con toda probabilidad, que muchas de estas mujeres no encontrarán trabajo remunerado jamás.
Debemos sumar a lo anterior los recortes en gasto social, que nunca son neutros, sino con un marcado componente de género. La educación, sobre todo la infantil, y la atención a la dependencia, que están sufriendo serios recortes, son solo dos ejemplos de las estrechas conexiones entre gasto social e igualdad de género. En la medida que se recorta en estos ámbitos las mujeres tienen mayores dificultades en el mercado de trabajo. Primero porque la mayor parte de las personas que trabajan en esos sectores son, a su vez, mujeres, con lo que las posibles pérdidas de empleo les afectan más a ellas. Pero la des-inversión también supone que hay una parte del trabajo de atención o cuidado de menores o dependientes que deja de asumirse en la esfera pública y, por tanto, se "privatiza" y recae –no nos engañemos- en las propias mujeres, porque todavía persiste una fuerte división sexual del trabajo.
De ahí que las políticas anti-crisis, al menos si pretenden basarse en la igualdad de género, deban caminar en una doble dirección. Acabar de una vez con los recortes en gasto social, que impactan negativamente sobre toda la ciudadanía, pero especialmente sobre las mujeres. Y definir paquetes de estímulo que impulsen el crecimiento económico y del empleo, pero cuyo diseño, al contrario que en el pasado, tenga también en cuenta los efectos devastadores que la crisis ha causado sobre el empleo y la vida de las mujeres.
Es una lucha de todos, debemos continuar y reivindicar no solo un día como es el 8 de Marzo, sino durante todos los 365 días del año. Es un deber moral impulsar acciones que impidan un retroceso de los avances en igualdad conseguidos. Desde Juventudes Socialistas de Lanjarón hemos trabajado y seguiremos trabajando para que en un día no muy lejano desaparezca este problema social al que nos enfrentamos diariamente.
Alberto Jesús Gutiérrez Lozano
Secretario de Organización JSA Lanjarón
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