lunes, 19 de agosto de 2019

PSOE lamenta la imagen “estereotipara, irreal y grotesca” que se ha dado de las “amas de cría” en la Feria Medieval de Lanjarón

Lidia Rivas

·         La secretaria de Igualdad del PSOE local ha mostrado su preocupación ante la gravedad de una actividad “sórdida y poco educativa que estereotipa a las mujeres de la historia y presenta una imagen sexualizada de la lactancia”
La Feria Medieval de Lanjarón que se celebró el pasado fin de semana ofrecía en su programación el teatro de calle y personales “las amas de cría”, acompañado del texto “Doña Frasquita y sus hijas vienen de una familia con una larga tradición de Amas de Cría. De abundante pecho y más abundante leche aún, se emplean en amamantar a los hijos de quien no pueden o no quiere hacerlo. Cargadas de bebés y con algún pecho al aire vuelan chorrillos de leche aquí y allá”. Podría ser la presentación de un espectáculo para adultos, podría ser una broma de mal gusto en la que personajes se ofrecen a amamantar en pleno pasacalles al público, pero no, es una actividad lúdica para todos los públicos, a las 19.00 horas y por las calles del pueblo alpujarreño.

Programación Feria medieval
La secretaria de igualdad del PSOE de Lanjarón, Lidia Rivas, ha lamentado “el esperpento grotesco que se paseó por el pueblo entre altares y niños  y que poca justicia hacía con este colectivo de mujeres que procuraba ganarse un sueldo lactando a hijos ajenos”. Un espectáculo que “se ajustaba poco a la realidad histórica, siendo una actividad innecesaria, sórdida y poco educativa que estereotipa a las mujeres y presenta una imagen sexualizada de la lactancia”.
Además, Rivas ha señalado que “es de vergüenza que un Ayuntamiento organice una actividad pública ridiculizando la lactancia para divertir a los demás” y ha manifestado “el profundo malestar y discrepancia con lo vivido en Lanjarón”, esperando que este enfoque sea fruto del profundo desconocimiento y la visión simplista y parcial que tienen de las “amas de cría y de la propia lactancia materna” y nos ayude a “combatir los machismos que están detrás de todas estas escenas y que muchas veces no somos capaces de discernir”
De izq a dcha:  Los concejale Lidia Rivas,
 Alba Chanes  y Alberto Jesús Gutiérrez
“No podemos consentir la imagen denigrante que han presentado de estas mujeres, no ya sólo por la función social que desarrollaron, sino como sujetos históricos que merecen ser tratados con respeto a pesar de que el contexto en el que se muestren sea el lúdico-festivo propio de una festividad” ha aseverado.
La también concejala en el consistorio ha invitado al equipo de gobierno a “que para próximas ediciones se preocupe en conocer la programación y tengan un mínimo de sensibilidad con las políticas de igualdad, que no se resumen en viajes, talleres y fotos”.
Rivas ha pedido un ejercicio de autocrítica, en especial a las mujeres y hombres que se hacen llamar de izquierdas y que en las instituciones públicas comparten escenarios para la foto con muchos de los responsables de actividades de este tipo que “poco favor hacen a la igualdad y a en especial a las mujeres”. “En temas de igualdad tenemos que ser firmes y dejarnos de parabienes que nos están haciendo retroceder excusados en la cortesía institucional y el afán de protagonismo” ha afirmado.
Al hilo de las “amas de cría”, un poco de historia
En diciembre de 1928, Federico García Lorca en su conferencia “nanas infantiles dijo  “…al dormir y sin que nada ni nadie le llame la atención, ha vuelto la cara del almidonado pecho de la nodriza (ese pequeño monte volcánico estremecido de leche y venas azules) y ha mirado con los ojos fijos la habitación aquietada para su sueño”. Qué distinta la imagen que nos traslada Federico García Lorca sobre estas mujeres, las nodrizas o amas de cría, que desempeñaron a lo largo de los siglos una labor fundamental para la supervivencia de cientos de niños, de la que se nos mostró el pasado fin de semana en las calles de Lanjarón. No esperábamos la delicadeza del poeta, pero tampoco el esperpento grotesco que se paseó por el pueblo alpujarreño.
Son escasos los estudios sobre las amas de cría durante la Edad Media, pero sí disponemos de los suficientes datos como para asumir que el truculento espectáculo de ayer se ajustaba poco a la realidad histórica. Mejor conocida es la labor de las amas de cría durante la Edad Moderna, especialmente, la de aquellas mujeres que eran contratadas por las casas reales tras superar un estricto examen médico –no era un tema baladí el de alimentar a los vástagos de la realeza y la nobleza-. Se atendía hasta el más mínimo detalle físico y psíquico de la futura nodriza, de lo que tenemos constancia en los tratados médicos del siglo XVIII: estatura, robustez, forma y tamaño del pecho, costumbres y hábitos de la mujer, etc.”
Del mismo modo, cada vez contamos con más investigaciones que centran su interés en el estudio de las nodrizas contratadas por la burguesía urbana durante el los siglos XVIII y XIX, coincidiendo con el desarrollo económico de las urbes y con la cada vez más significativa incorporación de la mujer al mercado de trabajo. Este hecho obligaba a las madres a contratar a mujeres que dieran el pecho a sus hijos para no tener que interrumpir sus jornadas laborales y así poder seguir aportando un sueldo al conjunto de la economía familiar, a la vez que aquellas conseguían una contraprestación económica, en la mayoría de los casos bastante exigua.
Tampoco podemos olvidar la importante función que desempeñaron las amas de cría en las inclusas amamantando  los niños expósitos. De no ser por ellas, la vida de estas criaturas se habría visto mucho más comprometida –recordemos que el abandono de niños y niñas durante la Edad Moderan fue un fenómeno generalizado en toda Europa y que llegó a cotas bastante elevadas a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX-.
Es cierto que la tasa de mortalidad infantil en los hospicios era bastante elevada, pero de alguna manera se vio mitigada con la incorporación de este contingente de mujeres trabajadoras que lactaban a cambio de unas pocas monedas y, en muchas ocasiones, descuidando el cuidado de sus propios hijos. Sin hacer apología, pues también es cierto que desde las instituciones se denunciaban las estrategias inmorales que algunas de estas mujeres llevaban a cabo, en la mayoría de los casos por necesidad, para poder seguir cobrando de las correspondientes instituciones –como por ejemplo no declarar que el hijo al que amamantaban en sus hogares había muerto-.





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