domingo, 21 de julio de 2019

Memoria


La memoria, como muchas veces se plantea, puede ser subjetiva, personal o colectiva, puede ser intencionada o no, pero lo que está claro es que la memoria se ha convertido en una apertura crítica y documentada que nos permite poner entre dicho las versiones oficialistas que han pasado a la historia.

El derecho a la verdad debe ser la piedra angular de la convivencia democrática. Como cada año, nos reunimos junto a las tapias del cementerio de Granada para recordar -quizá sea el mayor ejercicio de reparación moral y de justicia social-.

Pero ayer fue un día para la reflexión. Ni el Ayuntamiento de Granada, ni la Junta de Andalucía estaban en un acto organizado por las asociaciones memorialistas. Volvían al silencio cómplice y a la condena al olvido a las personas que murieron por defender la legalidad vigente en España. Esa misma España que elogian, engrandecen e incluso canonizan, que intentan hacer creer que es de su propiedad, con una acérrima, sesgada e interesada defensa mientras olvidan a los españoles y sus derechos. 

¿Qué hubiera sido de España sin la labor realizada por las asociaciones en materia de memoria histórica, de los historiadores e historiadoras, de los familiares,  de las personas comprometidas con nuestra cultura y con nuestra democracia? 

Ayer quedó demostrado que la Memoria Histórica sigue siendo una asignatura pendiente para la democracia española y para España. 

Los discursos malintencionados olvidan que la Guerra Civil fué un golpe de estado para arrebatar con la fuerza de las armas un gobierno democrático. Olvidan tantas cosas...









No hay comentarios:

Publicar un comentario